1.- Recuerda: La enfermedad cardiovascular no es sólo "cosa
de hombres". Tras la menopausia la prevalencia de la angina y el
infarto es igual a la del varón. Por ello es muy importante que estés atenta a
los síntomas de alarma y que a partir de los 40 te hagas periódicamente
chequeos cardiovasculares a fondo.
2.- Una alimentación sana, de tipo mediterráneo
es la única que ha demostrado una reducción de la enfermedad cardiovascular en
la mujer. Huye de la sal, las grasas saturadas, el alcohol en exceso y los
hidratos de carbono de alto índice glucémico. Siguiendo estos consejos tu
corazón te lo agradecerá. Vivirás más y mejor.
3.- No fumes. El tabaco está reconocido
como uno de los factores de riesgo cardiovascular más dañino, multiplicando por
7 el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Si no puedes dejar el tabaco por ti
misma, pide ayuda. Hay numerosos centros, muy eficaces, para la deshabituación
tabáquica.
4.- Quien mueve las piernas mueve el corazón.
Haz ejercicio físico regular, aeróbico, progresivo y adaptado a tus
posibilidades físicas. Practica el deporte que más te guste y nunca dejes de
hacerlo. Caminar 150 minutos a lo largo de una semana, por ejemplo, reduce
considerablemente el riesgo cardiovascular y metabólico, mejorando la calidad
de vida.
5.- Controla la presión arterial. La
hipertensión arterial afecta a un enorme segmento poblacional a partir de los
40 o 45 años. Es un peligroso factor de riesgo conocido como "el asesino
silencioso" porque sólo da síntomas en la etapa final. A partir de esa
edad vigila tu tensión arterial. Si está por encima de 135/85 mmHg consúltalo
con tu médico y sigue sus consejos e indicaciones.
6.- ¡Ojo a la báscula! La obesidad y el sobrepeso son dos
grandes enemigos de la salud general y de la cardiovascular, en particular,
incrementando el riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular (infarto e
insuficiencia cardíaca). Vigila el índice de masa corporal (relación
peso/altura) para que nunca exceda del 25% y para que el perímetro de tu cintura,
medido a la altura de las caderas, no sobrepase los 88 cms.
7.- Una análisis anual nunca viene mal. Aunque
tu estado de salud sea bueno o muy bueno, es muy recomendable que, anualmente,
te hagas un análisis de sangre y orina para conocer tus valores sanguíneos de
glucosa, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, urea, creatinina, enzimas
hepáticos, hormonas tiroideas, etc. Tu médico te dará la mejor orientación al
respecto. Recuerda que tasas elevadas de colesterol y de azúcar en sangre pasan
inadvertidas durante años pero desde el principio están dañando tus arterias.
8.- El manejo del estrés también es cosa tuya.
Vivimos tiempos revueltos. Por eso hay que estar preparado y alerta frente al
estrés ya que la experiencia médica demuestra que un estrés mal controlado es
causa de enfermedad cardiovascular. Evita situaciones desagradables, tensas y
perjudiciales. Tu bienestar psíquico es prioritario para gozar de un excelente
estado de salud cardiovascular. Si tú sola no puedes, pide ayuda a un psicólogo
clínico.
9.- La difícil etapa de la menopausia. El climaterio
es una ley biológica de obligado cumplimiento para todas las mujeres. La
menopausia suele venir acompañada de cambios sustanciales en la salud de la
mujer. Hay mayor tendencia a la obesidad, la hipertensión, la diabetes, la
osteoporosis y también una mayor predisposición a las enfermedades
cardiovasculares. Cuando llegues a esa etapa pide consejo a tu ginecólogo y si
fuese necesario solicita un examen cardiovascular para conocer posibles
implicaciones del corazón.
10.- Chequéate regularmente. Todos los
puntos anteriores pueden evaluarse de un solo golpe mediante un chequeo
exhaustivo que investigue de manera detallada tu estado de salud cardiovascular
para poner remedio, si lo hubiera, a algunas desviaciones. Hazlo a partir de
los 40 años y repítelo cada 2-3 años si en el primero todo ha ido bien. Y
recuerda: pide siempre consejo y ayuda. Nosotros, los médicos, preferimos
siempre prevenir que curar.