lunes, 8 de diciembre de 2014

Inhalación pasiva del humo de marihuana

Un ensayo experimental llevado a cabo en cobayas en la Universidad de California, en San Francisco, dirigido por el Dr. Matthew L Springer, ha demostrado que la exposición al humo de marihuana durante media hora disminuye el flujo arterial de sangre entre un 50 y un 70%.
El efecto deriva directamente de la incapacidad de las arterias para dilatarse como habitualmente hacen en situaciones en las que el organismo requiere un aumento del flujo sanguíneo, como, por ejemplo, durante el estrés físico. Dicho de otro modo, el humo de marihuana impediría la vasodilatación arterial, tan necesaria en numerosas ocasiones.
El efecto era idéntico tanto si la marihuana inhalada contenía tetrahidrocannabinol (el elemento psicoactivo primario del producto) como si no lo contenía, lo que demuestra que el daño vascular que provoca la marihuana no es debido a sus componentes psicotropos  sino al humo mismo.
“El efecto deletéreo vascular del humo de marihuana —explican los autores del ensayo— es similar al que provoca el humo de tabaco”. Y añaden que: “fumar es fumar", independientemente de los contenidos de los humos que se aspiran, sean estos de tabaco, marihuana, humo de madera quemada, puros, hojas secas, o de narguile.

En la misma línea se expresa la Dra Nancy Rigotti del Massachusetts General Hospital de Boston quien manifiesta que, aunque no hay experiencias en humanos con el humo de marihuana, sí la hay con cobayas y humanos con el humo de tabaco y, por tanto, la experiencia con el humo de marihuana en ratas de laboratorio hace pensar que sus efectos son previsibles también en el sistema arterial del hombre.

Como mensaje final, concluyen los investigadores de este ensayo, “inhalar humo de cualquier clase no es bueno para el corazón y, consecuentemente, todos, pero muy especialmente los pacientes con problemas coronarios, deberían evitar la exposición a cualquier clase de humo ambiental”.