martes, 19 de mayo de 2015

¿Cuál es su color de grasa preferido?


La obesidad es la gran pandemia de nuestro tiempo y la causa inductora más común para padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares graves, como la diabetes, la hipertensión o el infarto de miocardio. Recientemente, el término “diabesidad” ha sido acuñado para expresar la frecuente concurrencia común de la enfermedad metabólica en el paciente obeso y viceversa.

Hasta no hace mucho se tenía el convencimiento de que el tejido adiposo de color blanco no era sino un reservorio calórico para los tiempos de carestía alimentaria. Hoy sabemos que esto no es así. La grasa es, en su conjunto, un órgano de expresión endocrina, metacrina y exocrina que regula múltiples funciones fisiológicas.


Hace pocos años los científicos descubrieron la grasa marrón, una modificación del tejido adiposo, de características termogénicas (generadoras de calor)  que se activa por la acción de una hormona hepática conocida como la FGF21 y que podría tener un gran interés en la reducción de la obesidad. De hecho, los obesos tienen más cantidad de hormona FGF21 que los sujetos en normopeso lo que viene a significar que en el obeso hay una cierta resistencia a la acción de esta hormona cuya composición proteica es parecida a la insulina.

Recientemente, un nuevo color de grasa ha sido descubierto por los científicos:  la grasa beige, cuyos depósitos, minúsculos como guisantes, se agruparían preferentemente debajo de las clavículas y a lo largo de la espalda. Esta grasa, termogénica también y por tanto reductora de la obesidad, estaría estimulada por la irisina, una sustancia producida a nivel muscular por la actividad física.
 
Distribución de la grasa marrón en el niño
Los científicos llevan tiempo investigando la posibilidad de administrar estas dos sustancias, la FGD21 y la irisina, a los obesos con la idea de estimular estas grasas coloreadas y obtener beneficios directos en una enfermedad; la obesidad, el sobrepeso, el síndrome metabólico y la diabetes, que afecta a más del 30% de la población general con una prevalencia alarmante entre la población infantil.