domingo, 5 de octubre de 2014

Con la música en el corazón.

Científicos italianos de la Universidad de Pavía demostraron hace un par de años en qué modo los diversos tipos de música pueden modificar la fisiología del aparato cardiovascular. El estudio señalaba que los tempos rápidos aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial mientras que los lentos los disminuyen y amortiguan la presión sanguínea, previamente elevada.


Para constatar qué tipo de músicas son las más y las menos recomendables, los investigadores pidieron la cooperación de 24 voluntarios sanos para que escucharan cinco grabaciones musicales clásicas, elegidas al azar. Comprobaron que los crescendos (aumento gradual de intensidad y ritmo) provocan un aumento del ritmo cardiaco y la presión arterial, mientras que los diminuendos (reducción gradual) inducen relajación orgánica con descenso del pulso, la respiración y la tensión arterial. Observaron, además, que los bruscos cambios de ritmo e intensidad musical, como suele producirse en las óperas, pasando de ritmos rápidos a lentos y viceversa, mejoran las condiciones generales del aparato cardiovascular, Así; las arias de Verdi que repiten frases musicales de unos 10 segundos de duración son las que mejor se sincronizan con el ritmo cardíaco espontáneo.


Esta experiencia, unida a otras previas, refuerzan una vez más la utilidad terapéutica de la música en muchos problemas de salud. La organización británica Music in Hospitals viene ofreciendo desde hace más de cincuenta años música in vivo en instituciones sanitarias, residencias de ancianos y hospicios con resultados muy favorables. Algunos servicios de rehabilitación médica utilizan este tipo de terapia como un elemento coadyuvante del tratamiento global. Desde hace tiempo se sabía que la música amansa las fieras, ahora también sabemos, que modera el corazón.






Adelgazantes y salud del corazón


Estar en el peso ideal es lo que los médicos recomendamos y todos los sujetos desean para un mayor bienestar personal y una eficaz protección de la salud, pero…no todo vale.

Sibutramina, el principio activo de Reductil, un medicamento de laboratorios Abbott con propiedades adelgazantes que fue introducido hace algunos años en el armamentarium farmacológico contra la obesidad, ha sido retirado por consejo de la Agencia Española del Medicamento en base a las complicaciones cardiovasculares derivadas de su consumo.

En efecto; el estudio Scout  llevado a cabo a lo largo de 6 años en más de 10.000 pacientes con sobrepeso u obesidad franca ha demostrado que la incidencia de infarto de miocardio, ictus y muerte cardiovascular ha sido un 16% más elevada cuando sus resultados se han comparado con los del grupo placebo. Además, la reducción de peso en el grupo de pacientes tratados activamente fue muy poco relevante.

No es el primer caso.  Hace algo más de un año, Rimonabant (Acomplia) un fármaco introducido para el tratamiento de la obesidad y el tabaquismo, hubo de ser retirado precipitadamente de las farmacias por sus efectos colaterales indeseables entre los que cabría destacar una marcada tendencia al suicido así como algunos casos de suicidio consumado.

Otro adelgazante comercializado con el nombre de Depuralina, un compuesto hecho a base de semillas, frutas y plantas fue retirado en abril de 2008 por predisponer al desarrollo de reacciones anafilácticas graves y marcada toxicidad hepática. Este presunto fármaco, expendido sin receta y ampliamente publicitado, sufrió el mismo proceso que otro llamado Somatoline Cosmetic que prometía reducir la celulitis hasta en un 33% y que resultó ser un fiasco total. Ambos hubieron de ser precipitadamente retirados de la venta por orden gubernamental.


Hay que ser precavido y estar muy bien informado de lo que se toma, pues si como ha quedado demostrado, fármacos que han sido experimentados ampliamente siguiendo protocolos de investigación médica muy estrictos han de ser retirados por efectos colaterales severos, incluso mortales, otros, cuya eficacia se basa en promociones publicitarias engañosas pueden o no tener ningún efecto farmacológico o en el peor de los casos provocar trastornos graves de salud.

El infarto mejor con frío

Un equipo de investigación cardiovascular de la Universidad de Lund en Suecia, dirigido por el doctor David Erlinge, ha comunicado que las inyecciones intravenosas de agua salada fría y la implantación de un catéter refrigerante en la ingle de pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio o que han sido sometidos a una dilatación coronaria por angioplastia seguida de la colocación de un stent, da unos excelentes resultados protegiendo eficazmente el corazón.

Este método reduce la temperatura intracorporal a unos 35º C lo que rebaja considerablemente las necesidades energéticas y metabólicas del corazón preservándolo de las extremas condiciones de debilidad que se producen tras un infarto de miocardio

Los tests de evaluación cardiovascular han revelado, claramente, que el método funciona. Los biomarcadores de lesión miocárdica disminuyen y la función contráctil del corazón sufre un menor deterioro. Todo un logro, fácil de hacer y de escaso coste económico.