jueves, 14 de abril de 2016

EYACULACION Y CÁNCER DE PRÓSTATA

En el último congreso de la Asociación Americana de Urología se ha presentado un estudio que ha causado un gran revuelo. Su conclusión más relevante es: A más eyaculaciones masculinas menor riesgo de cáncer de próstata.

Se trata de un amplio estudio prospectivo que proporciona incontestables evidencias sobre el papel que la eyaculación frecuente tiene sobre el riesgo de padecer adenocarcinoma de próstata.


En el “Estudio de Seguimiento Profesional de la Salud” cuyo período de observación fue de 18 años (1992 – 2010) se analizaron 31.925 varones, sexualmente activos, cuya edad promedio al ser incluidos en el protocolo de seguimiento era de 59 años. En el cuestionario clínico se les pidió que reportaran el promedio de eyaculaciones mensuales.

Se produjeron, durante ese período de observación, 3.839 tumores malignos de próstata de los que 384 causaron el fallecimiento de los afectados, a pesar del intervencionismo médico-quirúrgico activo.

Las observaciones indicaron que aquellos que eyaculaban al menos 21 veces al mes el riesgo de cáncer de próstata se reducía en un 20% frente a aquellos otros cuyas eyaculaciones no sobrepasaban siete mensuales. Las diferencias observadas resultaron estadísticamente significativas. Para los que manifestaron tener entre 8 y 12 eyaculaciones mensuales el riesgo se redujo en un 10%.
Muy pocos participantes en el estudio manifestaron tener menos de 3 eyaculaciones por mes. Por ello, se estimó un punto de corte en 7 eyaculaciones mensuales para establecer un elemento de referencia para el análisis estadístico.

Algunos investigadores han mostrado ciertas reservas sobre la relación causa / efecto de los resultados indicando que, en el cáncer de próstata, la edad es un factor determinante siendo este dato uno de los factores de confusión que no ha sido debidamente correlacionado. Otros, por el contrario, argumentan que los datos del estudio son contundentes aunque todos señalan la necesidad de hacer nuevos estudios para que las conclusiones se clarifiquen al máximo.



Decía D. Santiago Ramón y Cajal que un varón no tiene impedimento físiológico alguno para ser padre a los 60 años. Probablemente, argumentaba el Nobel de Medicina, también a los 70, y añadía con picardía el ilustre neurofisiólogo: a los 80, ¡seguro! 

miércoles, 13 de abril de 2016

Cómo prevenir la muerte súbita durante la práctica del deporte.

Los médicos aconsejamos a nuestros pacientes que el ejercicio físico y la práctica del deporte es algo muy recomendable para conseguir un buen estado de salud cardiovascular y metabólica. Pero, tal vez, no nos detengamos en determinar qué deporte es el más aconsejable para cada sujeto en función de su edad, su estado general de salud y sus condiciones físicas.
Por otro lado, las competiciones deportivas de alto rendimiento, son cada día más numerosas y populares. En ellas participan deportistas, en ocasiones, no bien entrenados y muchos de ellos desconocedores de su estado de salud cardiovascular.
Media marathon en Córdoba
Recientemente, dos participantes de 45 y 57 años han fallecido durante un marathon celebrado en una localidad de la Comunidad Valenciana.
Investigadores del Instituto de Cardiología de Minneapolis (EEUU) analizaron los eventos cardiovasculares acontecidos durante la práctica de competiciones tipo triatlón (una combinación de natación, ciclismo y carrera). La observación alcanzó un período de 15 años (1999 - 2014), encontrando que 109 atletas, con una edad promedio de 47 años, habían fallecido durante esta dura competición. El 90% de los fallecidos fueron varones. Además, 12 triatletas sufrieron paradas cardiocirculatorias durante la prueba pero, afortunadamente, pudieron ser reanimados por los servicios médicos de emergencia. La mayoría de las muertes se produjeron durante la natación y el ciclismo. Casi la mitad de los fallecimientos se produjeron en los llamados triatlones "cortos" que es la modalidad más habitual de los que se inician en este tipo de competiciones.
En las autopsias practicadas se verificó que algo más de la mitad de las muertes se produjeron como consecuencia de una enfermedad coronaria que, en la mayoría de los fallecidos, no había dado síntomas clínicos previos a la prueba.
Primeros auxilios

Aparte de la enfermedad coronaria subclínica, otras patologías como el prolapso de la válvula mitral, la miocardiopatía hipertrófica, el síndrome de Brugada y displasias ventriculares arritmogénicas, junto a una carga genética desfavorable, son los hallazgos más habituales cuando a estos deportistas se les practica el estudio post-morten.
En España, en promedio, fallecen anualmente 127 deportistas durante la práctica deportiva o inmediatamente después. Sería muy necesario y de obligado cumplimiento que las Autoridades Sanitarias, si no para todas las competiciones pero sí para las de alto rendimiento, exigieran a los participantes un certificado médico en el que, tras un examen cardiovascular riguroso, se acreditara la buena aptitud del participante para la práctica segura y responsable de actividades deportivas de alto rendimiento.
Marathon de Nueva York


Con estos datos y con los que se vienen observando en otros países, incluida España, se pone de manifiesto la necesidad de examinar antes de la prueba la salud cardiovascular de los participantes por medio de técnicas diagnósticas fiables entre las que habría que incluir, forzosamente, un electrocardiograma de esfuerzo y ecocardiograma-doppler.

miércoles, 23 de marzo de 2016

La dieta mediterránea en la Antigua Grecia.

Decía Indro Montanelli en su Historia de los Griegos (un libro de obligada lectura para mejor entender los orígenes y porqués de los males de nuestro tiempo)  que las civilizaciones, culturalmente, podían ser reagrupadas en dos grandes categorías: "las que van al aceite y las que van a la mantequilla." Es decir, la de los omega 3, 6 y 9, frente a los de las grasas saturadas. Y no le faltaba razón.

Los que hemos tenido la fortuna de nacer a orillas del Mediterráneo, los que somos herederos de aquella cultura de la Antigua Grecia, prolongada en el tiempo y mejorada en sus costumbres por la Romana y la Judeo-Cristiana, provenimos más del aceite que de la mantequilla y, a juicio de Montanelli, es indudablemente mucho mejor la primera que la segunda.



Hoy en día, los entendidos en esas cosas de la dieta y la nutrición no paran de dar la vara al atosigado comensal sobre las bondades de comer según el tan traído y llevado código mediterráneo. Eso está bien. Y yo soy un ferviente defensor de ello. Pero en la Antigüedad las cosas, y sobre todo la economía, no permitía lujos gastronómicos como los que ahora nos damos.
En el Siglo Dorado de Pericles, Temístocles y Efialtes la dieta de los atenienses era más bien sobria y escasa, lo que tal vez guardara una indudable relación con su excelente estado de salud; con la longevidad de sus ciudadanos y la preeminencia de sus atletas. Heródoto, en su crónica sobre la batalla de Maratón, nos cuenta que el soldado Fedípides recorrió con toda la velocidad que le daban sus piernas los 42 kilómetros con sus 195 metros para anunciar en Atenas la victoria de las menguadas tropas de Milcíades ante el todopoderoso ejército del persa Darío. Todos sabemos que, víctima de su celo, Fedípides cayó muerto a poco de comunicar tan buena nueva. El esfuerzo sobrehumano que hizo no pudo resistirlo su maltrecho corazón. De haber sido precavido, Fedípides hubiese hecho un previo entrenamiento gradual y adaptativo como hacen nuestros maratonianos de hoy en día, se habría hecho escoltar por voluntariosos aprovisionadores de agua electrolizada y abundante glucosa y, nada más llegar, y aun antes de ceñir su cabeza con la corona de laurel, le habrían dado reconfortantes masajes musculares. Mas eran otros los tiempos como otros eran los modos de cuidar a los atletas.

No creo que Fedípides tuviera la hercúlea configuración anatómica que exhiben algunos de sus arbitrarios y nada rigurosos retratos. Posiblemente, las condiciones alimentarias de aquellos tiempos no le diera para ello. La dieta de los atenienses se componía de legumbres y cereales, no conociendo otros que lentejas, cebollas, ajos, guisantes, coles y poco más. Como fruta consumían lo que daba la secana tierra, que tampoco era tanto: uvas, higos, moras silvestres y algún que otro fruto seco como nueces, almendras y avellanas. A pesar de tener a pocas leguas de distancia el puerto de El Pireo, el pescado fresco era un auténtico lujo sólo para griegos acaudalados. Tan sólo el que se conservaba en salazón era algo más abundante y de más fácil acceso para la plebe. En alguna festividad, para honrar a su numerosísima nómina de dioses, héroes y pitonisas, cortaban el pescuezo de alguna gallina lo que constituía todo el aporte proteico que recibían sus retorcidos estómagos, amén de haber guardado previamente los huevos del ánade para mezclarlo con algo de harina y miel y así confeccionar unas tortas que se me antojan insulsas y poco apetecibles. Cuando podían, bebían leche de cabra con la que además hacían un queso que aguantaba bien el paso del tiempo sin descomponerse. Y el yogurt, claro está, el magnífico yogurt griego. Pero siendo parcos en su yantar es inconcebible que hasta el mismísimo Hipócrates de Cos, uno de los grandes padres de la Medicina Clásica, se escandalizara de que los insaciables atenienses ¡comiesen hasta dos veces al día!



Por contraste, este tipo de dieta tenía sus ventajas. El consumo calórico era más bien reducido con lo que mantenían en su valor ideal el índice de masa corporal. El único edulcorante conocido era la miel de los panales que ellos mismos cuidaban. A pesar de ello, se sabe que conocían la diabetes (un término griego, por demás) una enfermedad que era diagnosticada por el sabor dulce de la orina de los afectados. Una alimentación exenta de grasas saturadas como la que los griegos practicaban minimizaría los valores séricos de colesterol y por tanto, la angina de pecho, el infarto y el ictus, serían patologías menos frecuentes que lo que son hoy en día. La sal era un bien tan escaso y preciado, que de las buenas cosas se decía "que valían su peso en sal". De esta forma, evitaban la hipertensión, la ceguera, las enfermedades cardio-renales y las apoplejías.  El vino estaba considerado "néctar de los dioses" y, por tanto, sólo accesible a los pudientes. Gracias a ello, los atenienses de a pie, abstemios a su pesar, evitaban el alcoholismo neurodegenerador y se preservaban de la cirrosis hepática.

Sin duda, esta realidad famélica había sido astutamente tergiversada por Homero, un trovador ciego y muy posiblemente analfabeto, que, cuatro siglos antes de la Atenas de Solón, se ganaba la vida narrándole a los ricos helenos historias que él mismo había escuchado en boca de humildes y poco afortunados troveros. En su Odisea puede leerse que sus héroes se desayunaban un día sí y otro también con medio cabrito asado, para ir abriendo boca y hacer frente a las adversidades. No se lo crean, Homero del que se sospecha que hasta pudo no existir, fue un fabulador que adulaba a sus protectores contándoles cuentos irreales, cargados de tramposa imaginación para solaz y ensoñamiento de otras vidas heroicas.

 Así era, pues, la alimentación de los atenienses; una dieta mediterránea como las que hoy nos aconsejan los expertos, pero más pobre e insulsa. Yo les recomiendo que la sigan; pero más ésta de nuestros días que aquella otra exigua de la Antigua Grecia, cuyo resultado fue tan eficaz, que sirvió a los aguerridos soldados atenienses para que, cerrando a los persas el paso de las Termópilas, volvieran a alzarse otra vez  victoriosos en Salamina, la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Médica.





sábado, 5 de marzo de 2016

DIETA PARA DESPUES DEL INFARTO DE MIOCARDIO

El plan de alimentación para los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, recomendado por cardiólogos y nutricionistas, debe ajustarse a las siguientes pautas:
Energía
Las calorías totales de la dieta deben ser las adecuadas para obtener un peso lo más cercano posible al ideal y mantenerlo lo largo del tiempo. Asegurar un peso saludable es fundamental en el tratamiento de las enfermedades coronarias, ya que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular modificables, es decir, aquéllos sobre los que podemos actuar. Y es que la pérdida de peso produce muchos beneficios, entre otros:
                 Disminuye las cifras de colesterol malo (LDL).
                 Reduce los triglicéridos.
                 Baja las cifras de presión arterial.
                 Eleva los niveles de colesterol bueno (HDL).
                 Evita que se sobrecargue de trabajo al corazón.
Por lo tanto, la estrategia dietética en pacientes coronarios con obesidad se basará en un plan de alimentación individualizado, hipocalórico, bajo en grasas, que tendrá como objetivo adecuar las calorías al gasto energético que favorezca una pérdida de peso gradual y sostenible. La aportación de nutrientes debe ser equilibrada, rica en carbohidratos, suficiente en proteínas de alto valor biológico y baja en grasas saturadas.


Grasas totales
Se recomienda que las grasas totales cubran menos de un 30% del total de calorías. Es muy importante distribuir los ácidos grasos de manera saludable, o sea, se favorezca la presencia de ácidos grasos insaturados y se limite la cantidad de ácidos grasos saturados y colesterol.
Ácidos grasos saturados.
La dieta en la enfermedad coronaria debe ser baja en grasas saturada, aportando entre un 8-10% del total de calorías. En algunos casos, en una segunda etapa es necesario reducir a menos del 7% de las calorías diarias. Este tipo de ácido graso se encuentra en los alimentos de origen animal, como los lácteos enteros, quesos, carnes, mantequilla o aves. También está presente en algunos aceites vegetales, como el de coco, palma y palmiste, que son utilizados frecuentemente en productos industrializados y bollería. Para cumplir las recomendaciones es necesario reducir la cantidad de grasa saturada, adoptando unos simples cambios en la selección de alimentos. Por ejemplo, reemplazar los lácteos enteros por semidesnatados o desnatados, retirar la grasa visible de las carnes y la piel de las aves, sustituir la mantequilla por aceite de oliva y utilizar métodos de cocción como el hervido, el vapor, el asado o la plancha.
Ácidos grasos polinsaturados.
Según los especialistas, el aporte recomendado no debe sobrepasar el 10% de calorías diarias. En este grupo se incluyen los ácidos grasos omega 3, presentes en pescados azules como las sardinas, el salmón, el jurel y la caballa, y los omega 6 de las semillas y cereales. Es muy saludable consumir entre 2 y 3 raciones semanales de pescado, procurando que al menos una de ellas sea de pescado azul.
Ácidos grasos monoinsaturados.
Aportarán hasta el 15% de las calorías totales. El aceite de oliva y los frutos secos son ricos en estos ácidos grasos. Resulta muy saludable incorporar este aceite en la alimentación habitual, principalmente en reemplazo de ácidos grasos saturados.
Hidratos de carbono
Representarán aproximadamente el 55% de las calorías totales. Para lograrlo, es fundamental aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales. Al menos 5 raciones diarias deben provenir del grupo de frutas y verduras.
Proteínas
Aportarán alrededor del 15% de las calorías totales. Están presentes en carnes, pescados, huevos, aves, legumbres y lácteos.
Colesterol
Menos de 200-300 mg al día. El colesterol se encuentra solamente en productos de origen animal.
Sodio
Se restringe según la prescripción dietética. Es conveniente cocinar sin sal, utilizando en su lugar condimentos como ajo, cebolla, tomillo, clavo de olor, pimienta, orégano, etc.
La adopción de hábitos cardiosaludables, como dejar de fumar y hacer ejercicio, es una medida imprescindible en el tratamiento de la enfermedad coronaria. En el caso de la actividad física, ésta debe emprenderse siempre bajo indicación médica y de manera gradual. Otro hábito alimentario recomendable es realizar comidas de poca cantidad, divididas en al menos cinco ingestas diferentes a lo largo del día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena). Este fraccionamiento contribuye a que el gasto cardiaco necesario para metabolizar los alimentos sea menor.


domingo, 21 de febrero de 2016

La organización social de los lobos

Los lobos son animales de costumbres nómadas. En sus desplazamientos colectivos se organizan, como se observa en la imagen, con una lógica y un sentido de grupo, incuestionable. 

Los tres primeros son los más viejos o los enfermos, es decir, los que requieren mayor protección. Son ellos los que marcan el ritmo de la marcha. De esta forma nunca perderán el contacto con el resto de la manada ni quedarán abandonados a su suerte. 


Tras ellos caminan los 5 más fuertes, que serían los primeros en su defensa en el caso de una emboscada. En el centro va el resto de la manada que se cierra con los otros 5 más fuertes que, a su vez, entrarían en combate si se produjera un ataque. El último de todos, un poco separado del resto, es el macho alfa, el encargado de vigilar todo lo que ocurre en la retaguardia y en el grueso del cuerpo. Es él, además, quien decide los caminos a seguir. Caminar en fila india les garantiza una rápida dispersión para desconcierto del atacante. 

La manada se moviliza de acuerdo a las posibilidades de los más viejos o enfermos. Todos se vigilan y todos se ayudan entre sí. 

Una lección de organización social y protección colectiva de la que tanto tendríamos que aprender los humanos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Autismo y antidepresivos durante el período gestacional.

Un amplio estudio publicado a mediados de diciembre del pasado año en JAMA Pediatrics (Journal of The American Medical Association) ha venido a confirmar los peores temores sobre una sospecha aparecida hace más de 10 años: La toma de antidepresivos durante el embarazo puede provocar graves deficiencias en el recién nacido, entre ellas el autismo.


La toma de Prozac, Deroxat, Seropram y otros antidepresivos del grupo de los inhibidores selectivos de los recaptadores de serotonina aumenta en un 87% el riesgo de que el recién nacido pueda presentar autismo.

Es un hecho constatado que el consumo de antidepresivos en la mujer gestante se ha duplicado en los últimos años, pasando de un 9% en 2003 a casi un 20% en 2013.
Además, el estudio de JAMA confirma que no solamente es el autismo una causa directa del consumo de antidepresivos sino que otras anomalías fetales como la anencefalia (ausencia de formación del cerebro) aumentan el riesgo en un 350% y el de cardiopatías congénitas en un 240%.

Lo sorprendente es que este tipo de agentes psicotropos no suelen ser más eficaces para controlar la depresión del embarazo que otras terapias no farmacológicas, como la terapia cognitiva y las conductuales, basadas en el diálogo y la reflexión, sin necesidad de ningún apoyo farmacológico.


En los tiempos que vivimos el síndrome de angustia, al que sigue el de la depresión, son consecuencia directa de nuestro modo equivocado de entender la vida y de la falta de paciencia y serenidad para solucionar los problemas por métodos naturales. Se recurre irreflexivamente a la ayuda farmacológica de determinados productos antidepresivos sin saber que, en muchos casos, el remedio es aun peor que la propia enfermedad.

lunes, 18 de enero de 2016

Refrescos azucarados, obesidad y grasa visceral

Evaluando datos de la tercera generación del Estudio de Framingham (1.003 nietos de la primera población analizada) , se ha comprobado que el consumo de bebidas azucaradas se asocia a un notable incremento del índice de masa corporal (sobrepeso y obesidad) con un significativo aumento de la cantidad y calidad de la grasa visceral, un conocido factor de riesgo cardiovascular. El análisis del depósito graso visceral fue hecho con ayuda de un sistema de tomografía computerizada.

Estos datos vienen a confirmar los efectos perjudiciales, en la población juvenil y adulta de ambos sexos, derivados del consumo de refrescos azucarados en una cantidad tan aparentemente poco relevante como una unidad al día. Sin embargo, estas diferencias no se observaron en aquellos grupos que tomaban bebidas gaseosas no azucaradas.
Este estudio, en palabras del Dr. Jiantao Ma, del National Heart, Lung and Blood Institute (USA), señala la necesidad de alertar a la población para que suspendan o reduzcan al mínimo el consumo de refrescos azucarados para evitar la obesidad visceral, el síndrome metabólico y posiblemente la diabetes tipo 2, tres entidades nosológicas íntimamente vinculadas al desarrollo de la arterioesclerosis y la enfermedad cardiovascular.

Según los investigadores del Estudio de Framingham, este análisis marca un punto de inflexión a partir del cual ya no existen dudas sobre las insanas consecuencias que supone el consumo de este tipo de refrescos tan enraizados en nuestros usos y costumbres, lo que debería alertar a las autoridades sanitarias para que dicten normas que regulen adecuadamente los contenidos azucarados en todos los refrescos.
Los resultados de este análisis han sido publicados el 11 de enero de este mismo año en la revista Circulation.






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domingo, 17 de enero de 2016

Recambio sin cirugía de la válvula aórtica:

La cirugía cardíaca ha sufrido una profunda transformación desde que los procedimientos transcatéter se han venido desarrollando de forma ininterrumpida, segura y eficaz en los últimos años.

Hasta hace poco tiempo la sustitución de la válvula aórtica enferma requería una complicada cirugía a corazón abierto en circulación extracorpórea. Los riesgos eran y son considerables ya que la mayoría de los pacientes suelen ser mayores, en malas circunstancias clínicas y con otras comorbilidades asociadas como diabetes, hipertensión, angina, etc.

En 2002 un cardiólogo francés de Rouen, el doctor Alain Cribier, desarrolló una técnica que permitía recambiar la válvula aórtica enferma por una ingeniosa prótesis anclada al anillo valvular por medio de un procedimiento poco invasivo gracias a la ayuda de un catéter de polietileno introducido a través de un punción percutánea por la arteria femoral. En la primera fase del procedimiento, la válvula estenótica se dilatada con la ayuda de un catéter-balón.

Vávula aórtica estenótica y severamente calcificada
Desde entonces han sido numerosos los pacientes que se han beneficiado de este procedimiento cuyas características técnicas han mejorado notablemente, haciéndolo más fiable, seguro y resolutivo. Numerosos hospitales de todo el mundo, entre ellos algunos españoles, practican esta técnica a plena satisfacción.

La indicación principal es la estenosis aórtica severa calcificada, cuya prevalencia en la población senil (mayores de 70 años) es muy elevada. Este procedimiento, por el momento, queda reservado a aquellos pacientes en los que el riesgo de una cirugía a corazón abierto es alto o muy alto. La operación se lleva a cabo con anestesia local y en un par de días el paciente puede recibir el alta hospitalaria.

En el vídeo que se adjunta puede verse de forma muy didáctica el procedimiento. Para su visualización haga click sobre el enlace o copie y pegue el siguiente link en su navegador:

viernes, 8 de enero de 2016

Novedades en el diagnóstico de la miocardiopatía del embarazo.

En el último número del New England Journal of Medicine (NEJM) se recogen interesantes observaciones de un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania en el que describen la identificación de una mutación genética que explicaría, en parte, la aparición de una grave complicación del embarazo y del parto: la miocardiopatía gestacional y puerperal.



Los investigadores, analizando en 172 mujeres afectadas de miocardiopatía gravídica un total de 43 genes, han encontrado en el 15% de los casos una mutación en el gen TTN encargado de codificar las instrucciones necesarias para fabricar la proteína más larga del organismo, que es la encargada de gobernar la contractilidad y la relajación del corazón y, por tanto, la calidad y eficacia de la actividad cardíaca.

De las mujeres analizadas, 26 de ellas mostraron la anteriormente referida mutación genética, un hallazgo que tiene una significación clínica mucho más alta que cualquier otro marcador biológico relacionado con la aparición de la enfermedad.


Hasta ahora se creía que la miocardiopatía gravídica podría deberse a ciertos virus no del todo bien identificados o a "ataques genéticos" al sistema circulatorio de la gestante, provenientes de genes del donante del esperma para la fecundación, o incluso del propio estrés cardiocirculatorio que supone una gestación, en mujeres sin antecedentes familiares o personales de enfermedad cardíaca previa.

En un significativo porcentaje de varones o de mujeres no gestantes, la miocardiopatía dilatada está provocada por la misma mutación genética que induce la miocardiopatía gravídica, lo que sugiere que la mutación del gen TTN está en la base de la etiopatogenia de la enfermedad.

Estos hallazgos servirán, sin duda, para abrir nuevas líneas de investigación en la miocardiopatía peri-parto tratando de encontrar marcadores precoces de esta mutación genética con el objetivo de prevenirla. En tal sentido, los investigadores de la Universidad de Pensilvania están haciendo un estricto seguimiento de la evolución clínica de estas mujeres y han abierto, simultáneamente, líneas de investigación epidemiológica a escala mundial tratando de recabar más datos que permitan un diagnóstico precoz para poder tratar el problema desde su raíz y así evitar las graves consecuencias de este temido proceso.



miércoles, 6 de enero de 2016

Diez consejos cardiosaludables para la mujer.

1.- Recuerda: La enfermedad cardiovascular no es sólo "cosa de hombres". Tras la menopausia la prevalencia de la angina y el infarto es igual a la del varón. Por ello es muy importante que estés atenta a los síntomas de alarma y que a partir de los 40 te hagas periódicamente chequeos cardiovasculares a fondo.


2.- Una alimentación sana, de tipo mediterráneo es la única que ha demostrado una reducción de la enfermedad cardiovascular en la mujer. Huye de la sal, las grasas saturadas, el alcohol en exceso y los hidratos de carbono de alto índice glucémico. Siguiendo estos consejos tu corazón te lo agradecerá. Vivirás más y mejor.

3.- No fumes. El tabaco está reconocido como uno de los factores de riesgo cardiovascular más dañino, multiplicando por 7 el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Si no puedes dejar el tabaco por ti misma, pide ayuda. Hay numerosos centros, muy eficaces, para la deshabituación tabáquica.


4.- Quien mueve las piernas mueve el corazón. Haz ejercicio físico regular, aeróbico, progresivo y adaptado a tus posibilidades físicas. Practica el deporte que más te guste y nunca dejes de hacerlo. Caminar 150 minutos a lo largo de una semana, por ejemplo, reduce considerablemente el riesgo cardiovascular y metabólico, mejorando la calidad de vida.


5.- Controla la presión arterial. La hipertensión arterial afecta a un enorme segmento poblacional a partir de los 40 o 45 años. Es un peligroso factor de riesgo conocido como "el asesino silencioso" porque sólo da síntomas en la etapa final. A partir de esa edad vigila tu tensión arterial. Si está por encima de 135/85 mmHg consúltalo con tu médico y sigue sus consejos e indicaciones.

6.- ¡Ojo a la báscula!  La obesidad y el sobrepeso son dos grandes enemigos de la salud general y de la cardiovascular, en particular, incrementando el riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular (infarto e insuficiencia cardíaca). Vigila el índice de masa corporal (relación peso/altura) para que nunca exceda del 25% y para que el perímetro de tu cintura, medido a la altura de las caderas, no sobrepase los 88 cms.


7.- Una análisis anual nunca viene mal. Aunque tu estado de salud sea bueno o muy bueno, es muy recomendable que, anualmente, te hagas un análisis de sangre y orina para conocer tus valores sanguíneos de glucosa, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, urea, creatinina, enzimas hepáticos, hormonas tiroideas, etc. Tu médico te dará la mejor orientación al respecto. Recuerda que tasas elevadas de colesterol y de azúcar en sangre pasan inadvertidas durante años pero desde el principio están dañando tus arterias.


8.- El manejo del estrés también es cosa tuya. Vivimos tiempos revueltos. Por eso hay que estar preparado y alerta frente al estrés ya que la experiencia médica demuestra que un estrés mal controlado es causa de enfermedad cardiovascular. Evita situaciones desagradables, tensas y perjudiciales. Tu bienestar psíquico es prioritario para gozar de un excelente estado de salud cardiovascular. Si tú sola no puedes, pide ayuda a un psicólogo clínico.

9.- La difícil etapa de la menopausia. El climaterio es una ley biológica de obligado cumplimiento para todas las mujeres. La menopausia suele venir acompañada de cambios sustanciales en la salud de la mujer. Hay mayor tendencia a la obesidad, la hipertensión, la diabetes, la osteoporosis y también una mayor predisposición a las enfermedades cardiovasculares. Cuando llegues a esa etapa pide consejo a tu ginecólogo y si fuese necesario solicita un examen cardiovascular para conocer posibles implicaciones del corazón.




10.- Chequéate regularmente. Todos los puntos anteriores pueden evaluarse de un solo golpe mediante un chequeo exhaustivo que investigue de manera detallada tu estado de salud cardiovascular para poner remedio, si lo hubiera, a algunas desviaciones. Hazlo a partir de los 40 años y repítelo cada 2-3 años si en el primero todo ha ido bien. Y recuerda: pide siempre consejo y ayuda. Nosotros, los médicos, preferimos siempre prevenir que curar.