Un equipo de investigación cardiovascular de la Universidad
de Lund en Suecia, dirigido por el doctor David Erlinge, ha comunicado que las
inyecciones intravenosas de agua salada fría y la implantación de un catéter
refrigerante en la ingle de pacientes que han sufrido un infarto agudo de
miocardio o que han sido sometidos a una dilatación coronaria por angioplastia
seguida de la colocación de un stent, da unos excelentes resultados protegiendo
eficazmente el corazón.
Este método reduce la temperatura intracorporal a unos 35º C
lo que rebaja considerablemente las necesidades energéticas y metabólicas del
corazón preservándolo de las extremas condiciones de debilidad que se producen
tras un infarto de miocardio.
Los tests de evaluación cardiovascular han
revelado, claramente, que el método funciona. Los biomarcadores de lesión
miocárdica disminuyen y la función contráctil del corazón sufre un menor
deterioro. Todo un logro, fácil de hacer y de escaso coste económico.
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