A pesar de haberse reducido de manera considerable la
mortalidad por infarto de miocardio, continúa siendo la primera causa de muerte
en nuestro mundo occidental, algo por encima del cáncer y las enfermedades
respiratorias.
Puesto que en el infarto agudo de miocardio el tiempo, más
que en ninguna otra circunstancia, es realmente oro, los sistemas sanitarios de
todo el mundo se afanan en establecer protocolos que faciliten el inmediato
tratamiento del paciente que está sufriendo un accidente coronario agudo. El
traslado urgente a un hospital, a ser posible en una unidad coronaria móvil, y
la inmediata liberación de la arteria obstruida por el coágulo, son las claves
del éxito.
Un reciente artículo publicado en el Journal of American
College of Cardiology (JACC) analiza la mortalidad a corto y medio plazo
provocada por el infarto de miocardio transmural, que es aquel que afecta a
todo el espesor de la pared ventricular. Entre las causas principales de la
mortalidad inmediata, destacan las arritmias mortales de las primeras horas
(que pueden ser resueltas mediante un electrocardioshock), seguidas por las
alteraciones de la contractilidad y el shock cardiogénico. A medio y largo
plazo, las causas no están tan claras.
El objetivo del estudio publicado en el JACC se centraba en buscar conexiones entre el tiempo de actuación médica y las causas de muerte por infarto en los pacientes sometidos a angioplastia de rescate en la fase aguda.
Los investigadores analizaron el
tiempo y la causa de la muerte en 2.804 pacientes (edad 63±13 años, 72%
varones) tratados con angioplastia primaria de los que 717 fallecieron. Las
principales causas de muerte dentro de los primeros 30 días fueron el shock
cardiogénico y el daño cerebral irreversible que aparece tras recuperar al
corazón después de una parada circulatoria.
Electroshock con desfibrilador para recuperar una parada cardiaca |
Del mismo modo, otros factores como la
edad, el calibre de la arteria implicada, la insuficiencia cardíaca y la
diabetes fueron predictores independientes de la mortalidad.
Al cabo de 30 días, una vez que la
fase aguda se considera superada, la tasa de mortalidad cardiaca anual
descendió a menos del 1,5%, siendo en la mayoría de los casos de origen
extracardíaco, como tumores malignos, procesos respiratorios agudos o
accidentes.
Considerando, por tanto, que el mejor
tratamiento que existe al día de hoy para la recuperación vital del infarto
agudo de miocardio es la angioplastia primaria, todos los esfuerzos médicos
dirigidos en este sentido conseguirán, poco a poco, rebajar aun más la primera
causa de muerte en el mundo de nuestro entorno económico y geográfico.
Los supervivientes del primer mes que
fueron tratados con angioplastia y stent tienen un excelente pronóstico a medio y largo
plazo siempre y cuando sus factores de riesgo cardiovascular queden bajo
estricto control. Esto, unido a nuevos fármacos y eficaces procedimientos, está
dando excelentes resultados.
Imagen necrópsica de un corazón con un infarto extenso |
Por tanto, ante un caso de sospecha
de infarto agudo lo importante es trasladar al paciente urgentemente a un
hospital porque durante esos críticos minutos, el tiempo, más que oro, es
miocardio vital que hay que rescatar de las garras de la muerte.
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