viernes, 21 de agosto de 2015

El síndrome del restaurante chino

Cuando no hace mucho el "gigante chino" despertó de su letargo secular, el estupor, el recelo y hasta el miedo se apoderaron de una gran parte del mundo occidental.

El modo de ser y actuar del pueblo chino difiere netamente del estilo de vida occidental, un hecho que se constata incluso en aquellas sociedades distintas donde los chinos vienen siendo emigrantes habituales. A pesar de ello, los chinos siguen conservando sus costumbres, su cultura, sus tradiciones y hasta su modo de comer y cocinar.


Cuando en la década de los sesenta del pasado siglo proliferaron en EEUU los primeros restaurantes chinos el pueblo americano, acostumbrado a una comida monótona, insípida, grasa e insalubre, se entusiasmó con los platos típicamente chinos donde los sabores, aromas y colores sorprenden gratamente al comensal. Pronto, no obstante, aparecieron en algunos comensales reacciones de intolerancia alimentaria cuyas causas no fueron suficientemente esclarecidas. Al fenómeno, caracterizado por dolores de cabeza, náuseas, diarrea, sensación de calor y rubor facial y ocasionalmente sudoración profusa se le dio el nombre de "síndrome del restaurante chino".

En la cocina tradicional china el glutamato monosódico es un condimento (mejor un aditivo) muy habitual. Ello indujo a los americanos a pensar en esta sustancia como la responsable de estos trastornos denominando a este conjunto de signos y síntomas como Chinese Restaurant Syndrome.

Las investigaciones que se han desarrollado con posterioridad para esclarecer las causas de este síndrome benigno han sido inconsistentes no habiéndose podido demostrar de manera fehaciente una relación causa efecto. Así pues, parece ser que el glutamato monosódico utilizado en la cocina tradicional china no es el responsable del síndrome, que en la mayoría de los casos guarda más relación con otros componentes alergénicos de la comida que con el aditivo mismo.

Por cierto, sabemos que la dieta china no es exactamente la mediterránea pero sí es, desde luego, una de las más recomendables del mundo.







domingo, 31 de mayo de 2015

Tal vez no sea el colesterol el enemigo público número uno.

Desde hace mucho tiempo, los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de dictar normas alimentarias que protejan la salud y eviten la enfermedad cardiovascular.

Recientemente, un panel de expertos del Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos de América, ha publicado sus conclusiones al respecto indicando que, a la luz de los resultados de recientes estudios y metanálisis, es aventurado establecer con rigor los valores límites del colesterol plasmático y marcar criterios ciertos que permitan recomendar dietas bajas en esta grasa en base a sus poco demostrables conexiones con la enfermedad cardiovascular.

El colesterol es una molécula única en el reino animal. En el ser humano el colesterol es, básicamente, una sustancia de origen endógeno, es decir, fabricada por el propio organismo, aunque hay que contar, además, con el colesterol que por vía intestinal ingresa en el torrente sanguíneo a través de la dieta, contribuyendo a elevar las tasas primariamente existentes.
 
Representación espacial de una molécula de colesterol
Quizá en el colesterol que ingresa con los alimentos ricos en grasas saturadas esté la clave que explique, junto con la genética, porqué algunos individuos tienen muy elevado su colesterol plasmático y otros,  con dietas similares, muestran niveles normales de esta molécula. Pudiera ser que en unos, la eliminación del colesterol ingerido con la dieta y liberado con la bilis a través de la heces, tenga un ritmo diferente que aquellos otros, que por razones  desconocidas, lo absorben de forma masiva, incorporándolo al total del colesterol circulante. Quizá una estructura genómica peculiar y la ausencia de determinadas enzimas digestivas sean las responsables en uno y en otro caso.

También matizan los expertos las peculiaridades sobre las lipoproteínas que transportan el colesterol. Las de baja densidad, las "malas", las conocidas como LDL (low density lipoproteins) serían las que provocarían la enfermedad aterogénica y con ello las enfermedades cardiovasculares. Por contraposición, las lipoproteínas de alta densidad, las "buenas",  las conocidas como HDL (high density lipoproteins) serían las responsables de extraer el colesterol malo de los ateromas arteriales, retornándolo al hígado para su depuración.
 
Ninguna grasa monoinsaturada tan saludable
como el aceite de oliva
Pero nada de lo anterior está suficientemente esclarecido. Ha sido en base a esta confusión, que las pautas dietéticas estén sufriendo, en las últimas décadas, continuos vaivenes para estupefacción del consumidor. Esto ha llevado al replanteamiento de una inquietante cuestión: ¿Es tan importante una dieta pobre en grasas para gozar de una buena salud cardiovascular? ¿Es el colesterol de la dieta el enemigo publico número uno a combatir?

Los expertos, para poner en valor sus argumentos, recurren al tan traído y llevado ejemplo del huevo, que desde los tiempos de Colón acude en favor de los incrédulos para resolver enigmas inexplicables. Se ha llegado a la conclusión de que un producto como el huevo, muy rico en colesterol, no ha podido ser imputado, de manera concluyente, como agente sospechoso para aumentar el riesgo cardiovascular expresado por un significativo aumento en la prevalencia del infarto de miocardio o del accidente cerebrovascular.


Será, pues, dicen los expertos, que la enfermedad cardiovascular viene determinada por un disbalance entre el consumo de grasas saturadas sobre las monoinsaturadas o poliinsaturadas, a un déficit en el consumo de ácidos omega 3 y, por encima de todo ello, a la acción de agentes enzimáticos digestivos no bien conocidos junto con genes predisponentes que, por separado o en conjunto, trabajen para que el mal colesterol, el LDL, se cuele en la pared de las arterias inflamándolas y obstruyéndolas.

Las dosis recomendadas para un consumo saludable y sostenible de huevos se ha modificado de manera sustancial, en los últimos tiempos. Ahora se permite uno diario si los niveles de colesterol sérico están en los límites normales, pero también señalan los expertos que si su colesterol está muy elevado, sus antecedentes personales y familiares están cargados de enfermedad cardiovascular y si su azúcar lo señala a usted como diabético, mejor se abstenga de probar uno de nuestros manjares culinarios más deliciosos: los huevos fritos rematados en puntillas, acompañados de suculentas patatas con pimientos, y aderezados con unas gotitas de vinagre de Jerez.



domingo, 24 de mayo de 2015

Marcapasos sin cables

Que nadie dude que los logros de la medicina actual se cimentan sobre las investigaciones del pasado. Por lo que hace referencia a los marcapasos su historia tiene más de dos siglos. En los anales de la Royal Human Society de 1774 se cita un informe sobre la reanimación de un niño de tres años, en parada cardíaca, mediante la administración de descargas eléctricas en el tórax.

En 1932, un médico neoyorquino, de nombre W. Hyman, desarrolló un aparato que provocaba la estimulación del corazón mediante impulsos eléctricos periódicos generados por un equipo de corriente continua que, por medio de una aguja introducida en el corazón, a través del tórax, estimulaba la contracción cardíaca.El equipo tenía algunas limitaciones. Su peso era algo superior a los 7 kg y la batería necesitaba recargas cada 6 minutos.
Radiografia de tórax donde se observa un marcapasos implantado bajo la piel en la zona sub clavicular izquierda y su conexión al corazón mediante un cable
Fue en 1958 cuando se inicia de modo rutinario la terapia de estimulación eléctrica del corazón por medio de marcapasos implantados debajo de la piel y conectados al epicardio por medio de unas placas metálicas. Fueron los médicos Elmquist y Senning los que implantaron por primera vez un marcapasos en un ser humano. Para ello, y a tórax abierto, suturaron los electrodos al corazón de un paciente con ritmo cardíaco muy lento, lo que le provocaba continuos síncopes. Aquel paciente sobrevivió hasta los 86 años de edad, falleciendo en enero de 2002, es decir, 44 años después del procedimiento inicial, aunque a lo largo de su vida tuviera que recibir hasta 22 equipos distintos de estimulación cardíaca.
Desde entonces, la evolución biotecnológica de los marcapasos ha sido extraordinaria, tanto por lo que se refiere a su tamaño como a la duración de sus baterías y a la manipulación externa de sus modos de funcionamiento. Algunos años más tarde aparecieron los desfibriladores implantables que, al detectar arritmias mortales, producen descargas eléctricas en el corazón, recuperándolo.

Diferencias en tamaño entre un marcapasos
con y sin cable.

Clásicamente, los marcapasos se componen de dos sistemas básicos: el generador instalado debajo de la piel y el cable que lo conecta al corazón.

Recientemente, se ha desarrollado un marcapasos, sin cable, en el que en una única unidad se contienen los elementos necesarios para la estimulación cardíaca. El sistema, de un tamaño mínimo, se instala en la zona trabeculada del ventrículo derecho. 

Se trata de un marcapasos monocameral VVIR Nanostim, que se implanta por vía venosa femoral con la ayuda de una sonda parecida a las que se usan en los cateterismos cardíacos convencionales. El procedimiento se lleva a cabo con anestesia local. La conexión al ápex del ventrículo derecho se fija mediante una hélice de titanio no retráctil que evita su desplazamiento. El tamaño es notablemente inferior al de los marcapasos convencionales que constan de generador y cable y su estabilidad dentro del corazón es segura.

Marcapasos sin cable alojado en el ápex del
ventrículo derecho

El recién publicado Estudio LEADLESS, ha analizado los resultados a un año de los 33 primeros pacientes que han recibido este novedoso modelo de marcapasos. En uno de los pacientes la implantación resultó imposible por dificultades técnicas y en otros dos se observaron complicaciones. En el resto, el funcionamiento ha sido correcto, no se han observado trombosis, embolias ni desplazamientos del sistema y la función contráctil del corazón es similar a la que existía antes de la implantación.

El futuro y la observación médica permitirá establecer, en pocos años, la fiabilidad y seguridad de este ingenio novedoso cuya indicación principal es el bloqueo cardíaco completo que provoca síncopes y en el peor de los casos la muerte.


martes, 19 de mayo de 2015

¿Cuál es su color de grasa preferido?


La obesidad es la gran pandemia de nuestro tiempo y la causa inductora más común para padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares graves, como la diabetes, la hipertensión o el infarto de miocardio. Recientemente, el término “diabesidad” ha sido acuñado para expresar la frecuente concurrencia común de la enfermedad metabólica en el paciente obeso y viceversa.

Hasta no hace mucho se tenía el convencimiento de que el tejido adiposo de color blanco no era sino un reservorio calórico para los tiempos de carestía alimentaria. Hoy sabemos que esto no es así. La grasa es, en su conjunto, un órgano de expresión endocrina, metacrina y exocrina que regula múltiples funciones fisiológicas.


Hace pocos años los científicos descubrieron la grasa marrón, una modificación del tejido adiposo, de características termogénicas (generadoras de calor)  que se activa por la acción de una hormona hepática conocida como la FGF21 y que podría tener un gran interés en la reducción de la obesidad. De hecho, los obesos tienen más cantidad de hormona FGF21 que los sujetos en normopeso lo que viene a significar que en el obeso hay una cierta resistencia a la acción de esta hormona cuya composición proteica es parecida a la insulina.

Recientemente, un nuevo color de grasa ha sido descubierto por los científicos:  la grasa beige, cuyos depósitos, minúsculos como guisantes, se agruparían preferentemente debajo de las clavículas y a lo largo de la espalda. Esta grasa, termogénica también y por tanto reductora de la obesidad, estaría estimulada por la irisina, una sustancia producida a nivel muscular por la actividad física.
 
Distribución de la grasa marrón en el niño
Los científicos llevan tiempo investigando la posibilidad de administrar estas dos sustancias, la FGD21 y la irisina, a los obesos con la idea de estimular estas grasas coloreadas y obtener beneficios directos en una enfermedad; la obesidad, el sobrepeso, el síndrome metabólico y la diabetes, que afecta a más del 30% de la población general con una prevalencia alarmante entre la población infantil.





viernes, 15 de mayo de 2015

Pilates cerebral

Quién no  ha olvidado alguna vez dónde dejó las llaves del coche, si cerró o no la espita del gas o qué día cumple años esa cuñada tan entrañable. Son olvidos comunes que suelen ocurrir con bastante frecuencia desde edades tempranas. Sin embargo; cuando esos síntomas se acentúan y la edad comienza con el número 6, el 7 o más, el diagnóstico médico suele ser inflexible, casi despiadado: demencia senil,  Alzheimer, atrofia cortical difusa…

Neurobiólogos de la Duke University Medical Center, han hecho descubrimientos sorprendentes que vienen a poner en cuestión conceptos clásicos de la neurofisiología humana. Al parecer, no son neuronas lo que perdemos a lo largo de la vida y con ellas la memoria y otras funciones intelectivas, sino que son las conexiones interneuronales, mediadas por la neurotrofina, lo que poco a poco va degradándose. Cuentan estos investigadores que habría que estimular la producción de neurotrofinas para mantenerse mentalmente joven y evitar el deterioro cognitivo de la senectud, pero eso, farmacológicamente, aún está por llegar.

Sugieren, que ejercitar el cerebro sometiéndolo continuamente a una especie de Pilates neuronal podría rebajar la alta incidencia de trastornos neurológicos en los que la pérdida de memoria es el síntoma alarma y el más grave. Para aumentar los niveles de neurotrofinas serían necesarias modificaciones conductuales que, a priori, nos pueden parecer sorprendentes e incluso un poco ridículas, pero los neurobiólogos de la Duke University dicen que funciona.

Animan, para evitar el deterioro mental, practicar ejercicios que estresen las neuronas, que las estimulen al máximo, como hacen los levantadores de pesas para obtener un descomunal desarrollo muscular. Aseguran que es la mejor manera de incrementar la síntesis de neurotrofinas y facilitar así, la conexión entre las neuronas manteniéndolas “vivas”.

Proponen para ello, una lucha sin cuartel contra la rutina que inhiba el  funcionamiento automático del cerebro. Y dan detalles. Por ejemplo; ducharse con los ojos cerrados buscando a tientas el champú, el jabón, la toalla y experimentado un nuevo tacto a ciegas de nuestra propia anatomía o utilizar la mano no dominante para funciones habituales como manejar el móvil, escribir, cortar con tijeras, cambiar de manos los cubiertos, peinarse con la mano no habitual, hacerse a ciegas el  nudo de la corbata o leer en voz alta para descubrir matices desconocidos de nuestra voz. También recomiendan modificar frecuentemente las rutas que habitualmente utilizamos para acudir al trabajo, al mercado, a casa de un amigo o regresar al hogar por lugares distintos a los habituales. Aconsejan frecuentes mudanzas en la casa colocando cosas en lugares distintos a los habituales y recordar luego donde las hemos colocado. También proponen comentar los textos que se leen, las películas que se ven, las noticias de actualidad y las del pasado, memorizar poemas, listines telefónicos, etc., etc. En suma; estimular al cerebro mediante un Pilates especial para sacarlo de la rutina indicándole que los caminos habituales tienen que dejar de serlo y que las sensaciones y emociones hay que renovarlas día a día. En suma; vivir.




martes, 12 de mayo de 2015

Canibalismo encapsulado

“Cosas veredes amigo Sancho que farán fablar las piedras”. Cierta o no, esta frase atribuida a Cervantes mas nunca hallada en El Quijote, lo auténticamente real es que de un tiempo a esta parte uno no se acaba de curar de espanto ni de caminar por la vida desde el sobresalto al duelo y desde el duelo al quebranto.

No hace mucho, el Korea Times, recogía una espeluznante información alertando a la población de algo mucho más terrible que una teórica invasión atómica del vecino del norte.


Según ese diario, desde agosto de 2011, las autoridades aduaneras habrían detenido a más de treinta personas que, desde la vecina China, trataban de introducir ilegalmente “las cápsulas de la eterna juventud” que al parecer se venden como rosquillas a uno y otro lado de la Gran Muralla. Si consiguieron detener a treinta “muleros” hay que dar por sentado que se les colaron por lo menos trescientos o tres mil. Los chinos para eso y para muchas otras cosas suelen ser muy listos. Y a los hechos próximos me remito.

Las capsulitas presuntamente revitalizadoras no contienen en su interior otra cosa que elementos proteicos extraídos de fetos que no llegaron a término y restos viscerales, musculares y óseos de niños nacidos muertos. Todos ellos debidamente desecados y liofilizados como mandan las correctas leyes de la galénica.
 
Saturno devorando a su hijo (Goya)
El hombre se afanó siempre en la búsqueda de la piedra filosofal para transformar los metales en oro y en el elixir de la vida para convertir la vejez en perpetua algarabía. Ahora, los chinos, dicen haberlo conseguido con estas macabras cápsulas, rellenas de carne humana, a las que les suponen poderes milagrosos para curar el cáncer terminal y devolver la eterna juventud a los que han entrado en el natural declive en el que la inclemente biología nos mete inexorablemente a todos desde el momento en que nacemos.
 Esta noticia, que se incardina en su brutalidad con los falsos poderes afrodisíacos atribuidos a los polvos extraídos de testículos de tigre, aletas de tiburón o cuernos de rinoceronte, no son sino la expresión más medieval y retrógrada de una profunda incultura de la que se aprovechan criminales sin escrúpulos para sacar pingües beneficios de la ignorancia y la desesperación de los que todo lo consideran perdido.

Esperemos que los controles aduaneros españoles sean herméticamente impermeables a estas repugnantes “importaciones” chinas porque, aunque el hambre bajo las actuales circunstancias sea mucha, lo de volver al canibalismo tribal de épocas prehistóricas no tendría ninguna gracia. Aunque tal cual van las cosas…


domingo, 10 de mayo de 2015

Escéptico Jobs

Lo supimos después de su muerte, según reveló su biógrafo Walter Isaacson.
 
Steve Jobs con su famosa tablet
Steve Jobs, el fundador de Apple, mordió la manzana de la desconfianza. El hombre que con su tenacidad, su trabajo y su fantasía revolucionó nuestra forma de trabajar y relacionarnos, podría quizá seguir todavía en el mundo de los vivos de haber confiado un poco más en una de las ciencias: la medicina, a la que con sus métodos informáticos tanto contribuyó para su expansión y desarrollo.

Cuando le diagnosticaron el cáncer de páncreas en 2003, el tumor estaba poco desarrollado, bien localizado y sin propagación metastásica. Era perfectamente extirpable mediante cirugía radical.  Sus posibilidades de curación iban más allá del 60%.

De un modo sorprendente, Steve Jobs optó por terapias alternativas naturales apoyadas en dietas macrobióticas y vegetarianas y procedimientos budistas y espiritistas de escasa base científica. Cuando se le intervino al año siguiente, tras haber rehusado los consejos de sus médicos, el tumor estaba muy extendido y su avance se había hecho imparable.
Steve Jobs poco ante de su muerte

Es paradójico, pero tampoco es un caso aislado. Personajes de su categoría intelectual y científica, en circunstancias parecidas, recurren a terapias alternativas al desconfiar y despreciar procedimientos médicos de una sólida base científica. Es la disyuntiva entre lo que digo y lo que hago.

Y uno se pregunta: ¿Qué les puede conducir a adoptar una resolución semejante?  La respuesta es variada y confusa. Por un lado es explicable por la angustia que genera el diagnóstico de una enfermedad potencialmente letal a la que se quiere poner remedio como sea. Por otro; el oportunismo de curanderos, chamanes y charlatanes quienes aprovechándose de su engañoso esoterismo y apoyándose en los reconocidos fracasos de una medicina falible, potencian su caja de resonancia en medios de comunicación poco rigurosos para sacar partido de la confusión general y de los escépticos en particular.
 

Descanse en paz el genio de la manzana mordida cuya impagable contribución al progreso de la Humanidad quedará para siempre en la memoria de todos nosotros.

sábado, 9 de mayo de 2015

Venas y enfermedad de Alzheimer

¿Existiría una causa fuera del cerebro que explicara el alzheimer?

Los científicos llevan años buscando en el interior del cerebro para tratar de encontrar la causa de una enfermedad: el alzheimer, cuya prevalencia se ha disparado en los últimos años, siendo la principal causa del deterioro cognitivo senil y de la consecuente incapacidad física y mental.

Estas investigaciones han aportado y siguen aportando informaciones muy valiosas pero cuyas repercusiones en el terreno de la prevención y la terapia han dado, hasta ahora, resultados descorazonadores. No obstante, gracias a estas investigaciones se sabe que la abundante presencia de unas determinadas proteinas favorecería el desarrollo de unas placas de sustancia amiloide que al ovillarse en torno a las neuronas y a sus interconexiones traería consigo no sólo la pérdida de las unidades funcionales básicas del cerebro (las neuronas) sino, sobre todo, las conexiones entre ellas cuyos efectos inmediatos serían los síntomas típicos del alzheimer, que son hoy en día sobradamente conocidos por todo el mundo. La abundancia de placas amiloides dificultaría, además, el drenaje del líquido cerebroespinal lo que incrementaría, paralelamente, la presión intracraneal.

Recientemente, científicos de la Facultad de Medicina y el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo (NY. EEUU) han centrado sus investigaciones fuera del cerebro y han descubierto algunos hechos sorprendentes.

Se sabía, desde hace tiempo, que en las personas mayores las válvulas conniventes venosas, encargadas de que el flujo sanguíneo circule siempre en la dirección del corazón, muestran una marcada tendencia a la incompetencia, tanto en su apertura como en el cierre. Este trastorno, a nivel de las piernas, provoca el conocido síndrome varicoso, de evolución progresiva, y que en muchos casos requiere una solución quirúrgica. Pues bien, científicos de la mencionada universidad americana han observado un fenómeno similar en las venas del cuello (yugulares) que son las encargadas de recoger toda la sangre procedente del cerebro para vehicularla al corazón y de ahí a los pulmones para la necesaria recaptación de oxígeno y liberación del carbónico.


Según estos trabajos, un cierre valvular venoso deficiente, en especial en las yugulares internas, permitiría el reflujo retrógrado de la sangre venosa hacia el cerebro provocando un remanso en determinadas áreas favoreciendo el desarrollo de placas de sustancia amiloide, particularmente a nivel de la sustancia blanca del cerebro, lo que conduciría a la destrucción neuronal y de sus conexiones inter-sinápticas. Clínicamente, estos hechos inducirían una pérdida de la capacidad cognitiva del paciente, que es el síntoma alarma y el más característico del alzheimer a lo largo de toda su evolución.

Este primer estudio de aproximación al problema ha sido llevado a cabo con un reducido número de pacientes afectos de alzheimer, los cuales han sido examinados con técnicas de doppler vascular a nivel del cuello y con resonancia magnética cerebral.


Según palabras del Dr. Robert Zivadinov, responsable de la investigación, es éste el primer estudio clínico que ha dejado de observar el sistema arterial cerebral como responsable directo del problema (como hasta ahora se pensaba), para focalizar la atención en el sistema venoso de drenaje a nivel del cuello y en la incompetencia de las válvulas anti-reflujo. De confirmarse estos hallazgos con estudios más amplios y elaborados, posiblemente se habría dado un gran paso en el estudio de la génesis de la enfermedad lo que traería consigo el desarrollo de terapias, posiblemente mecánicas, que evitando el reflujo sanguíneo del sistema yugular, evitase, consecuentemente, la aparición de la enfermedad y mejorara, quién sabe, un cuadro clínico de expectativas dramáticas.


jueves, 7 de mayo de 2015

Ácidos omega 3

Se viene insistiendo en los últimos años en los efectos vásculoprotectores de los ácidos esenciales omega.3 y su acción beneficiosa en determinadas  enfermedades cardiovasculares, a través de una acción reductora del colesterol, una mejor tolerancia a los hidratos de carbono y efectos antitrombóticos que evitan el infarto de miocardio. Sin embargo; no existe un adecuado conocimiento de los mecanismos de acción de estas sustancias esenciales y sobretodo en qué modo podríamos enriquecer nuestra dieta con estos imprescindibles suplementos.

Desde principios del siglo XX se vienen realizando estudios epidemiológicos y clínicos acerca del beneficio de estos ácidos esenciales omega.3.  Fue precisamente uno de estos estudios llevado a cabo en tribus esquimales de Groenlandia, en concreto con los Inuits, los que alertaron a la clase médica por el escaso grado de enfermedad cardiovascular y de infarto de miocardio en estas tribus en relación a la población general. Se pensó, en un principio,  que la causa para tal reducción en morbilidad y mortalidad cardiovascular debería ser de tipo genético, pero abundando en la investigación epidemiológica y nutricional pudo finalmente comprobarse que en estos individuos el consumo de ácidos esenciales omega.3 es muy elevado.


En efecto; debido a los largos y gélidos inviernos que soportan estas poblaciones esquimales su alimentación está basada en el consumo de todos los productos obtenidos de las focas, las cuales a su vez se alimentan de los pescados de la zona.  Desde hace tiempo se sabía que algunos pescados, en particular los azules, son ricos en omega.3, pero fue más recientemente cuando pudo comprobarse que en la grasa subdérmica de la foca de Groenlandia el contenido de estos ácidos omega.3 era igualmente muy elevado y en especial en DPA, uno de los tres ácidos omega.3 esenciales con mayor efecto cardioprotector. Otros ácidos omega.3: DHA y EPA se encuentran igualmente en altas y equilibradas proporciones en el aceite que se obtiene del prensado directo de la grasa de estos mamíferos.

Numerosos estudios han podido demostrar que los ácidos omega.3 reducen el colesterol total con la particularidad de que disminuyen el mal colesterol (LDL) y suben el buen colesterol (HDL). Por otro lado, disminuyen los niveles de triglicéridos y mejoran la tolerancia de los hidratos de carbono con lo que los diabéticos que consumen estos suplementos dietéticos mejoran su perfil de azúcar en sangre al tiempo que reducen el riesgo cardiovascular. Existe una acción añadida extraordinariamente interesante por la cual, los ácidos omega.3 inhiben la agregación y adhesividad de las plaquetas reduciendo los niveles de fibrinógeno con lo que las posibilidades de formación de trombos vasculares disminuye de modo muy significativo.

Sin duda, el estudio más revelador de los últimos tiempos ha sido el GISSI llevado a cabo en Italia. Este ensayo, que enroló a más de cinco mil pacientes con antecedentes de infarto de miocardio, fue seguido durante más de cinco años. Los pacientes fueron divididos en dos grupos iguales. A uno de ellos se le suministró suplementos dietéticos ricos en omega.3 mientras que el grupo de control fue tratado con terapia y dieta convencional. Al cabo de cinco años, el grupo en cuya dieta se había incluido el suplemento omega 3 frente al grupo de control, redujo las  posibilidades de un reinfarto en un 21%, las de sufrir una muerte cardiovascular por cualquier causa en un 30% y la muerte súbita cardíaca en un 45%. Estos datos vinieron a confirmar una sospecha muy fundada en observaciones anteriores. A partir de los resultados del GISSI los médicos aconsejan a sus pacientes consumir productos dietéticos ricos en ácidos omega.3. Algunos frutos secos, como las nueces, y en la mayoría de los pescados, preferentemente los azules, las concentraciones de ácidos omega 3 son suficientes como para proveernos de las cantidades necesarias requeridas.


Es curioso y al mismo tiempo preocupante, que la sociedad occidental actual consuma en su dieta una sexta parte de lo que recomiendan los expertos nutrólogos de la Organización Mundial de la Salud o los de las Sociedades Británicas y Canadiense para la Nutrición. Paradójicamente las cantidades diarias requeridas de estas sustancias son tan bajas como 1 gramo lo cual puede conseguirse con una dieta equlibrada en estas sustancias o bien mediante el aporte en forma de suplementos.




sábado, 2 de mayo de 2015

Terapia Neural, Procaína, MAO, Gerovital y la doctora Aslan

La Terapia Neural trata de potenciar los sistemas biorreguladores del organismo por el principio de la acción / reacción utilizando como factor precipitante un conocido anestésico local: la procaína, muy utilizado en odontología.
Los estímulos provocados mediante la inyección local de bajas concentraciones diluidas de procaína, libre de efecto anestésico, consiguen que el organismo, por sí mismo, repare numerosos procesos patológicos y que, selectivamente, actúe sobre determinados sustratos que propician la amortiguación de  una enzima, la monoaminooxidasa (MAO) responsable de la destrucción de neurohormonas claves para la vida y el placer como son la norepinefrina, la serotonina y la dopamina.
El cuerpo humano debe de ser considerado como un todo en el que los diferentes aparatos y sistemas están íntimamente relacionados siendo, además, interdependientes. Así pues, el sistema nervioso, el endocrino, el inmune, el cardiovascular, el digestivo, etc., trabajan de manera coordinada de forma que cuando uno de ellos sufre un desequilibrio, el resto enferma.

La comunicación y coordinación entre ellos viene condicionada por la actividad de los neurotransmisores, de determinadas hormonas, de agente proinflamatorios como las citoquinas y de agentes reguladores como la MAO, el PABA (ácido paraaminobenzoico) y el DEAE (dietilaminoetanol). Todas las células del cuerpo están íntimamente involucradas en este complejo sistema de intercomunicación comandado por el sistema neurovegetativo (simpático y parasimpático) que vehicula la información en todas las direcciones imaginables.
La terapia neural, que utiliza procaína en dosis bajas, estabiliza el potencial eléctrico de las membranas celulares regulando sus funciones. 

Aplicaciones e indicaciones de la terapia neural.
La terapia neural persigue con sus estímulos específicos que, mediante la coordinación global de todos los órganos y sistemas, sea el propio organismo quien regule su actividad, reparando al mismo tiempo los desequilibrios que conducen a la aparición de la enfermedad.
Las indicaciones más habituales donde la terapia neural con procaína han demostrado un incuestionable beneficio son:
 - Procesos inflamatorios agudos y crónicos.
- Tratamiento del dolor agudo y crónico.
- Procesos ósteo-articulares degenerativos y traumáticos.
- Problemas que afectan al aparato cardiovascular.
- Patologías degenerativas del sistema nervioso.
- Desajustes hormonales.
¿Qué es la procaína?
La procaína es un anestésico local ampliamente utilizado en odontología y carente de efectos indeseables cuando se utiliza en las dosis recomendadas. En dosis mayores pueden observarse reacciones alérgicas de escasa relevancia clínica. Por sus propiedades farmacológicas, se dice que la procaína tiene una acción simpaticolítica, disminuyendo la percepción del dolor y el estrés.
Como agente de base para la terapia neural se utiliza en concentraciones inferiores al 1%. 
La procaína se forma mediante la fusión de un ácido (PABA) y un alcohol (DEAE). Cuando la procaína es inyectada se disocia en los dos factores que la han creado, es decir, en PABA y DEAE.
Las acciones del PABA son múltiples y absolutamente necesarias para mantener una perfecta homeostasis. Es un factor clave en la producción de aquellos agentes reguladores de un equilibrado desarrollo metabólico. Se sabe, además, que el PABA entra a formar parte de los elementos productores de glóbulos rojos en la médula ósea. Facilita la conservación de la piel y los tegumentos protegiendo el pelo y las uñas, al tiempo que modula la actividad de glándulas como el tiroides, las suprarrenales, la hipófisis, los testículos y los ovarios. A nivel del tracto digestivo regula las secreciones enzimáticas de hígado y páncreas y estabiliza la flora intestinal lo que contribuye al buen equilibrio del sistema inmunológico y a la producción de agentes como vitaminas de los grupos B y K, ácido pantoténico, ácido fólico y biotina. 

Los efectos del DEAE son menos conocidos y sus acciones se vinculan con la estabilidad emocional evitando síndromes psiquiátricos del tipo de la depresión o la ansiedad e incrementando el nivel de euforia.
Ambos agentes (PABA y DEAE) una vez incorporados al organismo son inestables y rápidamente metabolizados por el hígado. Sin embargo, cuando se administra procaína sus efectos resultan más eficaces y duraderos.
Los efectos de la procaína son numerosos. No sólo es un potente anestésico local sino que en bajas concentraciones tiene los efectos antes mencionados a los que cabe añadir: Regulador neurovegetativo. Estabilizador del potencial eléctrico de las membranas celulares. Antiarrítmico. Antiinflamatorio. Miorrelajante. Antiespasmódico. Vasodilatador. Analgésico. Antihistamínico, etc.
Investigaciones antienvejecimiento de la doctora Ana Aslan con procaína:
En 1946, la doctora rumana Ana Aslan descubrió, tratando excombatientes de la Segunda Guerra Mundial, que la procaína contenía múltiples propiedades terapéuticas. Sus investigaciones clínicas y de laboratorio le llevaron a crear en 1952 el Gerovital H3, capaz de aportar los nutrientes necesarios para reparar y/o renovar las células envejecidas o dañadas facilitando, además, un mayor aporte de oxígeno a las células. Su fórmula, al día de hoy, continúa siendo el secreto que la doctora Aslan se llevó a la tumba pero se sabe que la procaína está en la base de su formulación. 
Dra. Ana Aslan a los 90 años
La Dra. Ana Aslan, conoció a través del Journal of Physiology que existía una enzima en el cuerpo humano denominada monoaminooxidasa (MAO). La revista reportó que la MAO conserva estables e inalterados sus niveles en sangre hasta la edad de 30 años pero, luego, aumenta sus concentraciones plasmáticas de forma exponencial, conforme envejecemos.

La MAO neutraliza los efectos de determinados neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina. Conforme los individuos van cumpliendo años, la actividad de la MAO aumenta destruyendo más rápidamente estas substancias de tanta importancia fisiológica. La dopamina, la serotonina y la norepinefrina son los agentes responsables de sensaciones  relacionadas  con el placer, la serenidad y la calma y al parecer, también, con la longevidad.

Se encontró que los pacientes que sufren patologías debilitantes tales como la artritis, artrosis, neuritis, arteriosclerosis, senilidad o depresión tienen niveles mucho más altos de MAO que lo normal.

Investigando con ratas blancas envejecidas, la Dra. Aslan condujo una serie de experiencias para tratar de disminuir los niveles de MAO usando varias fórmulaciones. Descubrió así, una combinación que consiguió reducir en un 85% la actividad y las concentraciones plasmáticas de MAO en las ratas investigadas en tan sólo un período de 15 días. Pero lo más interesante fue que las ratas con los niveles disminuidos de MAO vivieron un 21.2% más de tiempo que otro grupo normal de ratas blancas en las que no se administró el agente reductor de la MAO.

Durante los siguientes años, la Dra. Aslan observó el comportamiento de numerosos pacientes tratados con su fórmula secreta. En promedio, el grupo del estudio vivió aproximadamente un 29% más que la esperanza de vida promedio de la población general, lo que en términos relativos permite calcular un incremento de unos 16 años en las expectativas de vida.

A través de los años, miles de pacientes de la Dra. Aslan manifestaron mejorías y alivios típicamente relacionados con el envejecimiento, tales como la artritis, neuritis, impotencia, deterioro mental, pérdida de memoria, psoriasis, asma, angina de pecho, úlceras, arteriosclerosis, depresión, diabetes, hipertensión, piel reseca y poco tono muscular, falta de deseo sexual y de energía, osteoporosis, hipoacusia e incluso algunos pacientes canosos manifestaron que el pelo había conseguido un tinte más oscuro. Las mujeres post-menopáusicas tratadas manifestaron un alivio significativo de los síntomas inherentes a este proceso biológico (sofocos, falta de deseo sexual, tendencia a la obesidad, sequedad vaginal, etc.). 


Todas estas propiedades terapéuticas son las que le dan a la procaína la capacidad de tener un fuerte efecto antienvejecimiento que condujo a la Dra. Ana Aslan a utilizarla en sus tratamientos de rejuvenecimiento y que la hicieron famosa por los años cincuenta del pasado siglo XX. Las investigaciones de la Dra. Aslan no pasaron inadvertidas por la comunidad científica internacional y por personajes relevantes de la alta sociedad. Muchas celebridades recibieron tratamiento con procaína, desde bellas estrellas del celuloide como Marlene Dietrich, Marilyn Monroe o Claudia Cardinale,  políticos como Mao Ze-Dong, John F. Kennedy, Fidel Castro, Francisco Franco, o Charles De Gaulle, pintores como Dalí o Picasso, escritores como Pablo Neruda y actores como Omar Sharif.

Numerosas clínicas antienvejecimiento continúan aplicando, hoy en día, este procedimiento terapéutico de reconocida eficacia médica, entre ellas la nuestra.